Una investigación publicada en Science demostró que la efectividad del camuflaje o de los colores de advertencia en los animales depende directamente de las condiciones del entorno. Factores como la cantidad de depredadores, la iluminación y la abundancia de presas son decisivos para que una estrategia funcione mejor que la otra.

El estudio, realizado en seis continentes con más de 15.000 modelos artificiales, contó con la participación del profesor Camilo Salazar y su equipo de la Universidad del Rosario. Los científicos probaron tres patrones de coloración: el clásico naranja y negro de advertencia, un marrón opaco que se mimetiza con el entorno y un diseño inusual azul brillante y negro.
Los resultados muestran que el camuflaje es más eficaz en zonas con alta presión de depredadores, mientras que en ambientes muy iluminados o con abundancia de presas crípticas los colores de advertencia pueden ofrecer más protección. Esto se debe a que, en esos contextos, los depredadores se vuelven más hábiles para detectar presas camufladas.

Para los investigadores, el trabajo ofrece claves sobre cómo actúa la selección natural y por qué en distintos lugares del mundo encontramos animales camuflados y otros de colores llamativos. También demuestra que solo la colaboración y la replicación a gran escala permiten responder preguntas complejas sobre ecología y evolución.