En la vereda La Planta, en Guadalupe (Huila), un colegio rural funciona a pocos centímetros de una ladera inestable donde ya se han registrado deslizamientos y caída de rocas, situación que pone en riesgo a estudiantes y docentes. Las lluvias recientes agravaron las grietas y desprendimientos, obligando a suspender algunas jornadas escolares.

El rector y la comunidad educativa señalan que el riesgo existe desde hace más de ocho años, pero aún no se ha adoptado una solución definitiva. Aunque han solicitado reubicación o intervención técnica, las gestiones no han avanzado y cerca de 500 estudiantes continúan sin garantías de seguridad.

Ante el peligro, algunos padres se niegan a enviar a sus hijos al plantel. Mientras tanto, los docentes han recurrido a guías impresas y clases virtuales, aunque la falta de conectividad dificulta la continuidad académica. La comunidad insiste en una intervención urgente para evitar una emergencia mayor.