Las Empresas Públicas de Neiva alertaron que más de 60.000 medidores de agua se encuentran obsoletos o en mal estado, lo que genera imprecisiones en la facturación y pérdidas en la prestación del servicio.

Según la entidad, gran parte de estos equipos superan los diez años de uso y no cumplen con los estándares técnicos actuales. Esta situación afecta tanto a los usuarios como a la empresa, al dificultar el control del consumo real y la detección de fraudes o fugas.
Para hacer frente al problema, ya se han reemplazado cerca de 16.000 medidores en distintos sectores de la ciudad y se puso en marcha una campaña para incentivar la renovación voluntaria. Además, continúa el trabajo del escuadrón antifraude, encargado de identificar conexiones ilegales y manipulación de los dispositivos.
La empresa está promoviendo el uso de medidores más modernos, como el modelo R-400, fabricado con materiales antivandálicos y diseñados para ofrecer lecturas más precisas. Con esta estrategia se busca reducir el agua no contabilizada y garantizar una facturación más justa para los usuarios de Neiva.