
Verónica Acosta, residente de Villa Mercedes, San Luis, Argentina, recibió por error una transferencia de 510 millones de pesos argentinos, cuando debía recibir una cuota alimentaria de 8 mil pesos. Utilizó el dinero para comprar electrodomésticos, alimentos, cerámicos para el piso, una mochila para inodoro, y un automóvil Ford Ka modelo 2014 o 2015. Además, realizó 66 transferencias a familiares, cada una por montos cercanos a 500 mil pesos.
Las autoridades detectaron el error, congelaron la cuenta bancaria de Acosta, allanaron su vivienda y la detuvieron junto a cinco familiares, quienes fueron imputados por estafa, defraudación y retención indebida. Se recuperó más del 90% del dinero, pero Acosta debe devolver aproximadamente 44 millones de pesos para evitar prisión. Ella y sus familiares quedaron en libertad bajo fianza.
Acosta declaró que inicialmente pensó que la suma era de 500 mil pesos y luego comprendió que se trataba de millones. Explicó que usó el dinero para cubrir necesidades y ayudar a su familia. Su defensa argumenta que no hubo intención delictiva. El proceso judicial continúa.
El caso ha generado debate sobre la responsabilidad del Estado en el error y la conducta de Acosta al gastar el dinero recibido. En Argentina, usar fondos recibidos por error puede constituir delitos como enriquecimiento ilícito o apropiación indebida, con penas que incluyen prisión y multas. La recomendación legal es informar y devolver el dinero recibido por error para evitar consecuencias legales.