Uribe analiza volver al Senado en 2026 mientras espera decisión judicial

El panorama político colombiano vuelve a girar en torno a Álvaro Uribe Vélez. A sus 73 años, el expresidente y líder natural del Centro Democrático analiza la posibilidad de regresar al Congreso en 2026, a pesar de enfrentar una condena en primera instancia y una apelación en curso.

El director del partido, Gabriel Vallejo, confirmó que Uribe ocuparía el puesto 25 en la lista cerrada al Senado. Una ubicación estratégica que busca repetir el efecto “jalonador” que el exmandatario ha tenido en elecciones pasadas. Basta recordar que en 2014, cuando encabezó la lista, el Centro Democrático logró 20 curules; en 2018, con él en la contienda, fueron 19. Sin su nombre en el tarjetón de 2022, la representación se redujo a 13 escaños.

La coyuntura no podría ser más sensible: mientras el presidente Gustavo Petro impulsa la idea de una constituyente y busca proyectar la continuidad de su proyecto, la oposición ve en Uribe una figura capaz de aglutinar fuerzas y ejercer contrapeso. Para sus seguidores, su retorno sería un movimiento clave para recuperar terreno en el Congreso y fortalecer el liderazgo interno del partido frente a las aspiraciones presidenciales de otros dirigentes.

El gran obstáculo está en lo judicial. Uribe fue condenado a 12 años de detención domiciliaria por dos delitos, decisión apelada por su defensa. El Tribunal Superior de Bogotá tiene plazo hasta mediados de octubre para resolver el caso. Si confirma la sentencia, sus abogados podrían acudir a la Corte Suprema mediante recurso de casación. En ese escenario, Uribe podría asumir su curul, pero perdería el derecho a conservarla si la condena queda en firme.

Sobre este punto, expertos en derecho como Saúl León, Francisco Bernate e Iván Cancino coinciden en que, mientras la sentencia no sea definitiva, el expresidente mantiene intactos sus derechos políticos. Sin embargo, no todos los juristas comparten esa lectura: algunos sostienen que los efectos de la condena se aplican de inmediato, lo que aumentaría la incertidumbre alrededor de su candidatura.

El peso de la decisión judicial es enorme, no solo para Uribe, sino para la oposición en general. El expresidente ya dejó huella en el Congreso: en 2014 encabezó la lista más votada de ese año con más de dos millones de sufragios y, en 2018, rompió récords como el senador individualmente más votado del país. Ese capital político, aseguran sus cercanos, sigue siendo decisivo.

Aunque aún no confirma oficialmente si su nombre aparecerá en la lista, Uribe ha dejado claro que seguirá recorriendo el país en campaña contra el gobierno de Petro. Si su regreso se concreta, no solo reconfiguraría la bancada del Centro Democrático, sino que también podría marcar el rumbo de la política colombiana en los próximos años.

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