Crisis en la Cruz Roja Colombiana Seccional Huila: advierten posible desaparición si no hay auxilio inmediato

La Cruz Roja en el Huila atraviesa “la peor crisis financiera” de su historia y advierte que su operación humanitaria podría paralizarse por completo de no recibir recursos urgentes. Así lo hizo saber su presidente seccional, Gustavo Enrique Almario Mayor, quien denunció la pérdida de contratos, la ausencia de nuevos convenios y una deuda de 650 millones de pesos que la Alcaldía de Neiva aún no ha cancelado, correspondiente a servicios prestados durante los últimos seis meses.

Según Almario, esos recursos —equivalentes a dos meses de la anterior administración municipal y cuatro de la actual— serían la “tabla de salvación” para mantener operativa la institución por algunos meses más. Sin embargo, sin ese respaldo, la seccional advierte que tendrá que suspender servicios esenciales como vacunación, atención médica general, programas de cuidado al adulto mayor, respuesta a emergencias y desastres naturales, así como la formación comunitaria en salud y prevención.

En 2024, la Cruz Roja Huila reportó una inversión superior a los 2.500 millones de pesos en acciones humanitarias dentro del departamento y en la capital, incluyendo campañas contra la fiebre amarilla, atención primaria en salud y apoyo a población vulnerable. Este despliegue se enmarca en la misión institucional: prevenir y aliviar el sufrimiento humano, proteger la vida y salud de las personas y garantizar su dignidad, en particular en tiempos de emergencia, desastres o vulnerabilidad social.

Almario advirtió que la capacidad de respuesta de la entidad ya está “seriamente limitada”, justo cuando la región enfrenta la temporada invernal y vive bajo la amenaza de la actividad volcánica del Volcán Puracé. “Si la alerta pasa a roja, nuestra reacción sería mínima”, afirmó, en clara señal de lo crítico de la situación.

Para sostener al menos operaciones mínimas durante lo que resta del año, la seccional estima requerir alrededor de 800 millones de pesos —destinados a cubrir salarios, deudas internas y mantener los programas comunitarios. Mientras tanto, ordenaron “austeridad absoluta”. En caso de cierre, advierten que se perdería todo el talento humano: cerca de 30 empleados directos y 50 indirectos quedarían sin trabajo.

Como un llamado de auxilio a la comunidad, la Cruz Roja Huila convocó a un “Banquete de Solidaridad” que se realizará el jueves 11 de diciembre a las 6:30 p.m. en el restaurante Avenida, con boletas a 50.000 pesos. La intención es recaudar fondos que permitan sostener las operaciones al menos por unos meses más.

Por su parte, el alcalde de Neiva, German Casagua, reconoció la deuda pendiente con la institución, pero explicó que su administración heredó un déficit de 89.000 millones de pesos, lo que ha complicado ponerse al día. “Nos duele enormemente que la Cruz Roja esté en riesgo, pero seguimos avanzando en el pago de compromisos”, afirmó.

El posible deterioro o cierre de la Cruz Roja Huila representa, más allá de un problema institucional, una amenaza concreta para la población huilense: una comunidad quedaría sin una red vital de servicios humanitarios, prevención en salud, respuesta ante emergencias y desastres — justo en un contexto de crecientes necesidades sociales, crisis de salud pública y amenazas por fenómenos naturales.

Un papel histórico con riesgo de desaparecer

La Cruz Roja Huila —fundada el 4 de junio de 1972 por el doctor Roberto Liévano Perdomo— forma parte de la Cruz Roja Colombiana, organización humanitaria nacional sin ánimo de lucro que desde hace más de un siglo trabaja para prevenir el sufrimiento humano, proteger la vida y la salud, y atender emergencias, desastres y poblaciones vulnerables en todo el territorio nacional.

A lo largo de décadas, la seccional Huila ha desplegado acciones en salud pública, atención primaria, gestión del riesgo de desastres, formación comunitaria, programas sociales y respuesta a emergencias naturales o generadas por conflictividad.

La alerta actual expone cuán frágil puede ser este entramado de solidaridad cuando falla la financiación. La pérdida de apoyo podría afectar gravemente a miles de huilenses, especialmente los más vulnerables.

¿Qué sigue? — Llamado urgente a instituciones, sector privado y comunidad

Para evitar la paralización de la Cruz Roja Huila —y con ella, el colapso de servicios vitales para la población— es urgente:

  • Que la Alcaldía de Neiva y demás entidades públicas responsables cumplan con las obligaciones pendientes, comenzando por la deuda de 650 millones de pesos.
  • Movilización de recursos adicionales, con participación del sector privado, organizaciones comunitarias y ciudadanos, ya sea a través del Banquete de Solidaridad convocado o con otras iniciativas de apoyo.
  • Revisión y activación de nuevas alianzas institucionales y convenios con organismos departamentales, estatales o internacionales para garantizar sostenibilidad financiera y operativa.
  • Difusión a la población para alertar sobre el riesgo, sensibilizar sobre la importancia de la Cruz Roja y fomentar donaciones o voluntariado que permitan mantener la red humanitaria.

La crisis de la Cruz Roja Huila es una emergencia silenciosa con consecuencias reales para miles de huilenses: su atención, su salud y su seguridad dependen hoy de la solidaridad colectiva.

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